La escalera
La escalera es mi cruz de cada día pues vivo en un cuarto piso sin ascensor.
Cuando era joven, la bajaba y subía corriendo. Luego, incluso con compra o con mis hijos pequeños en brazos y no me cansaba pero, ahora, con los años, ya me cuesta.
Las subo despacio, con más dificultad pero, a pesar de todo, las subo y la bajo varias veces al día y quizá por eso todavía me encuentro ligera. Sin duda, esa escalada de escalones es un ejercicio muy completo.
Pero, si sigo cumpliendo años, sé que la escalera será mi martirio.
NATI, QUE BIEN HAS PLASMADO EL SIGNIFICADO QUE LA ESCALERA TIENE PARA TI. ME PARECE MAGNIFICA TU NARRACIÓN
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