martes, 28 de agosto de 2012

POR EL CAMINO VERDE de Mary Rancel




A lo lejos se oye una música muy tenue que embelesa a cuantos la escuchan.  Es de un joven bohemio cantautor que, de vez en cuando, pasa por el pueblo para alegría de sus habitantes.  La melodía se oye desde que baja de la montaña y se introduce por el camino verde que va a la ermita, donde se venera a la patrona del lugar, la virgen de la Esperanza.
Desde que escucho la música salgo al camino para verle y hablarle.  Es muy agradable y, ¡me gusta tanto…!  Sé que él no se ha fijado en mí, pero…nunca se sabe.  En cuanto se acerca, salgo a su encuentro y le digo:
-¡Hola! Me encanta tu melodía, ¿puedes interpretarla para mí?
Él, estupefacto, me contesta
-¡Vaya con la niña!  Ya veo que estás hecha una mujercita y además con buen gusto musical.  ¡Eso está hecho!, te voy a dedicar esta canción, es mi última creación y le pondré tu nombre, ¿qué te parece?
Me quedé de piedra, no sabía qué hacer, no me esperaba tanto.  Por mi mente pasaron un sinfín de ideas.  La principal era aquella de compararme con una mujercita, inspiradora de su canción, además.  Yo tenía quince años.  Él podía tener treinta.  Desde luego que yo era toda una mujer, aunque mi familia me trataba como si aún fuera una cría.
Le sonreí tímidamente y le dije, balbuceando
-¿De…verdad? ¿Pondrás mi… nombre a tu canción? ¡Me parece maravilloso!
-Pues, claro que sí –me contestó–.   Estaba deseando ver a una chica guapa para poner el título a mi creación y, te ha tocado a ti, que eres la chica más bella del lugar.  La canción se llamará ¡Aurora! –como tú- lo iluminará todo.
Desde entonces, no he vuelto a verle.  Supe de oídas que   marchó a   países latinos, que ha tenido éxito y ha cosechado premios y, poco más; con eso me he conformado.
Han pasado diez años y hoy, precisamente, me entero por la radio de su regreso.  Está en Madrid, viene acompañado de su mujer y sus dos hijos.  Su esposa en una famosa actriz y se llama Aurora, y a ella le dedica mi canción. ¡Que incongruencia! Yo lo espero, él me olvida.  Ha sido mi único y gran amor…platónico.
Hoy, llena de tristeza, he vuelto a pasar por aquel camino verde que por el valle se pierde, recordando mi amor.  Las margaritas, al igual que yo, lloraban de pena y las azucenas surgían marchitas, ellas han sido cómplices de mi amor, ahora frustrado.  A partir de este momento, nada será lo mismo.

2 comentarios:

  1. Romántica y bonita historia atada a un, también, bonito y romántico bolero.

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  2. ESTE BOLERO ES PRECIOSO, SEGURO QUE HA UNIDO MUCHOS CORAZONES.

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