EL DESTINO
El destino empieza cuando naces y te persigue hasta el fin de tus días. Hay épocas en las que el destino está de tu parte; cuando te enamoras y te casas, cuando nacen los hijos. Vienen los niños y son maravillosos. Fueron seis y no me gustaba que crecieran. Mi hija me decía “mamá. pues emborráchenos y nos quedamos enanos”. Pero la vida hizo que estirarán, maduraran y se hicieran mayores. Ya tengo ocho nietos.
El destino te juega malas pasadas algunas veces, también a mi me ocurrió: se fueron mi esposo, mis padres y otros familiares.
No podemos ir en contra de nuestro sino. Debemos resignarnos pues no podemos hacer nada frente a él.
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