martes, 13 de marzo de 2012

AQUÍ Y EN EL MÁS ALLÁ de Candelaria Díaz

           


Unos amigos mayores, después de trabajar duro en Cuba, volvieron al terruño añorado.  Habían comprado una casa de dos pisos: uno para ellos y otro para su hija.   El piso alto estaba ocupado por unos inquilinos que no querían entregarlo y estos amigos, buscando una solución al problema, idearon hacerle a su sobrino querido, una escritura de venta y así pasando de dueño, al no tener éste posibles, la justicia obligaría al desalojo de los inquilinos.  La idea era que, una vez resuelto el asunto, esa venta ficticia se deshiciera y ellos pudieran por fin hacer uso de su casa.
El asunto fue que, mala persona el sobrino, se quedó con el piso como propietario que era, tal como rezaba en las escrituras, olvidándose del acuerdo y de la buena fé.  Este problema sí que no tuvo solución y los ancianos quedaron heridos de por vida hasta el punto de que ella murió maldiciéndole.
El sobrino y su esposa se instalaron en su piso pero, le empezaron a ocurrir cosas raras: luces que se apagaban, toques en la espalda, soplos de aire, colores en la noche.  El caso es que se aterraron de tal manera que  vendieron el piso y se marcharon huyendo de todo aquello.  Poco después el sobrino murió de mala manera.  Aquellos sucesos extraños ¿de verdad ocurrieron o fue la conciencia la que nos les dejó vivir ni morir en paz?  Esta historia fue cierta.


2 comentarios:

  1. Tienes mucho que contar. Estas anécdotas vividas o escuchadas que traes al taller, contadas con tu peculiar e interesante forma de narrar, me encantan. Cuéntame más, por favor; me gusta leerte.

    ResponderEliminar
  2. ERES GENIAL, MUY EXPRESIVA. POR ESO NOS GUSTA TANTO LO QUE CUENTAS, PARECE QUE EN ESE MOMENTO LO ESTÁS VIVIENDO.

    ResponderEliminar