Paco había bajado al bar a jugar una partida de tute aquella tarde, mientras que Mima había decidió quedarse en casa leyendo una interesante novela. Estaba en ello cuando de repente perdió la concentración al escuchar a lo lejos el sonido de guitarras y voces, entonando el maravilloso canto de unas folías.
Era tanta su curiosidad que llamó por teléfono a Paco para que le aclarara de qué se trataba. Él le pidió que bajara al bar porque acababa de llegar una estupenda rondalla que estaba empezando a actuar. Mima sintió que aquella tarde cantaron para ella.
Hasta una simple vivencia cotidiana se puede convertir en materia narrativa. Muy bien, Mima
ResponderEliminarQUERIDA COMPAÑERA: NO DEJAS DE SORPRENDERME, ME ENCANTA TU RELATO. ES PRECIOSO.
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