Volviendo atrás
en el tiempo, el año 2001 fue un año nefasto para todo el mundo y para mí por
partida doble. Mi pensamiento vuelo al
día 8 de septiembre de ese año; esa fue la fecha en que perdí a la que me dio
la vida, sí, mi madre. Eso es algo para
lo que nunca se está preparado.
Bajo los efectos
del dolor, los acontecimientos sucedidos los días siguientes fueron una nube de
infierno que viví llena de incredulidad, como si todo lo que estaba pasando no
fuera cierto. Incomprensible pero real.
Dos días
después, me encontraba preparando el regreso desde mi tierra a esta, mi otra
tierra, cuando en las noticias se describía el horror, la obra de unos locos
fanáticos que fulminaron la vida de cientos y cientos de personas. Algo que por más que lo pienso el día de hoy,
no hallo explicación ante tal insensatez y sinsentido.
En un primer
momento, llena de dolor como estaba por mis propias circunstancias, fui incapaz
de vivir con toda el alma y el corazón puestos en aquellos hechos terribles,
por lo que no dejo de sentirme algo egoísta al anteponer mi dolor ante el dolor
de los demás. Todo era un cúmulo de
cosas tan irreales que no podía creer lo que veían mis ojos: muertos,
desparecidos, familiares que no verían más a sus seres queridos; una pesadilla
con efectos reales.
Cuesta volver
atrás en el tiempo y pensar que fue verdad: unos aviones impactando contra los
edificios más famosos del mundo, producto de unos locos.
No me parece egoísta en absoluto. Es humano, ante una pérdida tan grande como la de una madre, que el dolor solape por un tiempo el desagarro de aquellos hechos que cambiaron la vida de todos, de una u otra forma.
ResponderEliminarComparto tu tristeza y la comprendo, para mi el 2001, también fue triste por partida doble, ya que mi madre falleció.
ResponderEliminarMª Dolores.