En el sur de la isla,
hay noches interminables que no acaban nunca.
Cuando eso ocurre, los jóvenes se sientan en los chaplones del patio a
contar relatos y leyendas de las gentes del lugar. De una de esas noches salió la historia de la
niña de las peras, a quien su madre mandó al barranco de Badajoz por ellas,
Güimar de arriba, y no volvió. Por mucho
que la buscaron, no la encontraron, así que el caso causó mucho impacto en los lugareños. Pero,
hete aquí, que cuentan que apareció muchos años después aunque, tal y como era
en el momento de su desaparición. La
niña encontró a su madre anciana. Este
hecho conmocionó al pueblo, que no daba crédito al suceso. Unos opinaban que
era cierto, otros se mostraban escépticos; yo por mi parte, lo creí pues, caminando
un día por ese Barranco de Badajoz, vimos a los ancianos de barba blanca; eso
que contaban haber visto muchas personas.
Para mí no hay duda de que estos lugares del Valle de Güimar son
mágicos.
Interesantes historias, apócrifas o no, las que nos regala el Valle de Güimar, un lugar lleno de una energía especial, donde la historia y la leyenda se mezclan para avivar nuestro embeleso.
ResponderEliminarSi se fue siendo una niña, como volvió igual cuando resulta que su madre era ya una anciana. Es una historia con mucho misterio. Me ha gustado, sea verdad o mentira. MªDolores.
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