Este es un secreto muy bien guardado
que está a punto de dejar de serlo. Les
cuento que en el barrio de La Salud de nuestra ciudad, los abuelos –y no las
abuelas– bordan el manto de la Virgen de la Soledad, cuya imagen de estilo
barroco se encuentra ubicada en el lado izquierdo del altar mayor de nuestra
iglesia, regentada por el párroco Don Gumersindo, llegado el mes pasado desde
el Vaticano, por orden del clero catedralicio.
Los abuelos, unidos por la Alianza
Gubernamental, ponen todo el empeño que les caracteriza en esta misión. Agarran con sus arrugadas manos las agujas de
fina plata, enhebrados con hilo de
perlas, para crear sobre el susodicho manto una linda flor de Jesús. Trabajan día y noche, con la intención de
acabarlo lo más rápido posible, ya que lo tiene que lucir la Señora en la
Semana Santa que está por llegar.
Buen trabajo. Un relato apócrifo en toda regla. Puede incluso que alguien, al leer tu relato, visite el Barrio de La Salud esta Semana Santa, para ver en primer fila ese precioso manto bordado por los abuelos del barrio.
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