Los jóvenes Pablo y Esmeralda son buenos amigos que
han hecho una reserva para pasar un fin de semana en un hotel del sur, en Playa
de las Américas.
La primera noche,
salieron a caminar por la playa y optaron por tender sus toallas en la arena. Se acostaron sobre ellas con la mirada hacia
el cielo para observar la luna resplandeciente y la multitud de estrellas y
luceros, mientras escuchaban el ruido de las olas y sentían la suave brisa que
les ofrecía el mar. Finalmente, se
dejaron dormir y sólo se despertaron cuando el sol de la mañana calentó sus
rostros. ¡Se sintieron felices de haber
disfrutado de una bonita y romántica noche!
El segundo día,
salieron de compras y por la noche se fueron a bailar a una discoteca en
la que se encontraron con sus amigos,
con los que se sentaron a tomar unas copas para celebrar el encuentro. Después de haberlo pasado muy bien, se despidieron
y se fueron a descansar.
La última noche,
Esmeralda se puso su chaqueta nueva y, al salir del hotel, fue sorprendida por
un tipo que la amenazó con un puñal y le robó el dinero que tenía para el
regreso. Ella entró llorando al hotel
para contarle lo sucedido a Pablo. Éste
le dijo que llamaría a su padre porque no podían quedarse embarrancados como
ballena en la arena. Ella le dijo que no era necesario porque, como mujer
precavida que era, había guardado un
dinero para cualquier emergencia que pudiera surgir. Pablo se felicitó por tener tan gran amiga.
Ya de regreso a sus
hogares, contentos, se dicen que después de todo lo sucedido, se quedaban con
lo bueno de aquellas noches inolvidables.
Lo volverían a repetir.
Me gusta la lectura que sacamos del último párrafo, porque quedarse solo con lo bueno de las experiencias vividas, me parece una muy buena filosofía.
ResponderEliminar!Vaya historia!, es bueno tener tantos amigos y pasar una romántica noche a orillas del mar. MªDolores.
ResponderEliminar