Les cuento que no solían gustarme
las personas negativas, sin embargo, aquella tarde empecé a verlos de otra
manera porque descubrí que a aquella familia le había caído la negra y, si la
madre estaba siempre negativa, era porque la vida la había tratado muy mal. Primero,
falleció un hijo de un accidente, al poco tiempo murió el marido y después
enfermó la hija. La pobre no sabía qué
hacer. Entonces, entendí que tenía razón con ser negativa pues todos nos sentiríamos igual si la vida nos
tratara de esa manera.
Estoy de acuerdo con lo que dices en tu relato; es tan sencillo como ponerse en el lugar del otro para entender las cosas desde su óptica. Todo depende del cristal con que se mira
ResponderEliminar