miércoles, 25 de septiembre de 2013

LA CARTA de Teresa Darias



Querida hija:
Te escribo estas líneas para que sepas que estoy viva y lo hago despacio porque sé que no puedes leer deprisa.  Nos hemos mudado y no puedo enviarte la dirección; es que la última familia que vivió aquí se llevó el número de la casa cuando se fue para no tener que cambiar de dirección.
Esta casa es muy linda.  Tiene una lavadora en el baño, es pequeña y blanca pero parece que no funciona muy bien.  Le di a la palanca y desde entonces no he vuelto a ver la ropa.
Por fin enterramos a tu abuela.  Encontramos el cadáver ahora, en la mudanza.  Estaba en el armario desde aquel día que nos ganó jugando al escondite.
El otro día explotó la cocina a gas y tu padre y yo salimos disparados por los aires y caímos fuera de casa.  ¡Qué emoción!, era la primera vez que salíamos juntos en muchos años.
Tu primo Paco se casó y resulta que le reza todas las noches a su esposa porque era virgen. Y ¿recuerdas a tu primo Manolo?  Ya no está en este mundo.  Su padre murió hace dos meses y pidió ser enterrado en el lago.  Manolo murió mientras cavaba la fosa.
Mira hija, si ves a doña Remedios, le das saludos de mi parte y si no la ves, no le digas nada.
Me despido  con mi bendición y un poema que escribí especialmente para ti
Te quiero más que a mi vida
más que a mi vida te quiero
y si me sacan los ojos
te quiero con los agujeros.


                                                                             Tu madre



2 comentarios:

  1. Muy divertido escrito donde juegas muy bien con el humor de lo absurdo

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  2. Hace falta un poco de humor en este mundo absurdo. Leyendo tu escrito me he divertido mucho. Continua así, es muy gratificante.

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