Ana era una
joven sencilla que pretendía pasar por la vida inadvertida, de puntillas, casi
sin hacer ruido. Todos los días paseaba
por la playa esperando a que llegara la inspiración para escribir su libro.
Aquella
tarde, al sentarse en el lugar de siempre, se quedó atónita al encontrarse una
hermosa rosa roja. Miró a su alrededor
pero no encontró a nadie, solamente el silencio. Intrigada, recogió la rosa y su libro y se
encaminó hacia la casa de su hermana para contárselo, puesto que ella era su
único familiar.
Al día
siguiente, al abrir la puerta de su casa, descubrió otra rosa roja y así
ocurrió año tras año, sin saber quién era el enamorado secreto y fiel que le
alegraba la soledad, hasta que enfermó y murió como ella quería, en silencio,
muy despacio, casi sin notarse.
Su hermana
colocó sobre su tumba, el libro que ella había escrito, con la esperanza de que
el portador de la rosa lo recogiera, pero la sorpresa se la llevó cuando fue a
visitar la tumba, días después. El libro
no estaba pero en su lugar descansaba un ramo de rosas rojas. Escondida detrás de un árbol, observó al
hombre que se alejaba, apretando el libro entre sus brazos.
-¡Yo lo
conozco! –exclamó –cómo no hacerlo si es mi marido.
Así terminó
el secreto de Ana y empezó el calvario de su hermana.
Trío amoroso singular, con misterio incluido y sólo desvelado al final para disfrute del lector. Muy bien.
ResponderEliminarLa intriga es la protagonista de esta trama que me mantuvo en vilo hasta el final. Es estupendo poder leer historias como esta. Gracias compañera.
ResponderEliminarQue bonita historia, aunque un poco dramática pero demuestra tu gran imaginación.Felicidades por estar en el N. 1 Un abrazo.
ResponderEliminarNo me extraña que figure tu narración en el nº uno. Es muy buena. Felecidades. Mª Dolores.
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