Como todos los viernes, Hipólito
acude a la playa en misión de vigilancia, por si llega alguna patera o barcaza
transportando contrabando. Pero hoy va a ser un día distinto, muy especial.
Hipólito, con los prismáticos
observa el horizonte, pero ve un objeto extraño, algo ligero que sube y baja
con el vaivén de las olas. Con decisión se desprende de su uniforme de la
Benemérita, para nadar hacia altamar. Ya cerca, se da cuenta que se trata de
una botella. La agarra con fuerza para volver con ella hasta la orilla. En el
interior hay un papel, lo extrae y procede
a su lectura, dice así: “No lo dudes, la felicidad se encuentra en tu
interior”.
Relato con final abierto que permite al lector concluir la historia como le plazca. Yo coloco a Hipólito en una nueva vida, alejado de la angustia de perseguir delicuentes. Ahora lo único que vigila es ver asomar el sol.
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