Un día fui a la playa de Fariones y
estaba bañándome cuando vi una botella
que se acercaba a mí y yo, como curiosa, me acerqué a recogerla para saber qué
mensaje tenía, y… ¡si vieran lo que decía!:
“Soy un pez, por favor, tírame otra
vez al mar”.
Un giro simpático e inesperado el del final de tu microrrelato.
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