Si miramos alrededor nuestro, hay muchas cosas de ese color
que predominan en nuestra vida cotidiana, como la mayoría de verduras, por
ejemplo. Sentada en la guagua, al parar en el semáforo y luego ponerse en verde
pensé, “cuantos accidentes se evitarían si respetáramos las señales”; entonces
caí en la cuenta de que todas las guaguas urbanas son de ese color.
El color del
mar es de un verde azulado muy bonito según el fondo marino y el lugar donde lo
miremos.
No me voy a extender mucho, pero sí que hay en nuestra vida
muchas cosas de ese color: los famosos brotes verdes que no se ven pero que
siempre están nombrando, y lo más importante, el color verde de la esperanza
que es lo que no debemos perder nunca.
Así es, Teresa, que no se pierda nunca el verdor de la esperanza. Recuerdo ahora aquel poema de Lorca: Verde que te quiero verde…, verde viento verdes ramas…
ResponderEliminarTu verde es especial y magnifico. Enhorabuena
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