Cuando conocí a mi marido, enseguida supe que iba a ser el
amor de mi vida, nada más invitarme a bailar en el casino y cogerme por la
cintura fue tan grande la taquicardia que noté en el pecho, que pensé que el
corazón se me escapaba por la boca.
Las personas que no han sentido estas emociones creo que
nunca se han enamorado de verdad.
En los años que vivimos juntos, que fueron 33 y 3 de novios,
nunca se nos apagó la llama del amor. Siempre que nos abrazábamos, sentía las
mariposas revoloteando en mi pecho.
Esta que les acabo de contar es la taquicardia feliz, pero la
más dolorosa fue cuando el médico me dijo que mi marido tenía cáncer de pulmón,
esa sí que fue cruel y dolorosa. Era como si me clavaran alfileres en el
corazón. Todavía cuando lo recuerdo, que es todos los días, me duele el alma. Nunca
he podido olvidar ese momento tan triste de mi vida, pasé del sol brillante a
la noche más oscura.
Conecto con tus relatos más personales. Su autenticidad me emociona porque saben a verdad.
ResponderEliminarEntrañable relato de una vida feliz. Es muy emotivo, me ha parecido precioso y real.
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