Hoy me ha llamado Julita por teléfono para anular nuestra
cita del miércoles, según ella, el marido sospecha de nuestra relación, por lo
que, insistentemente, me ha rogado que no volvamos a vernos, porque ella no
quiere perder a su marido, ni su matrimonio.
Me ha cogido de sorpresa; nunca imaginé que eso fuera a
ocurrirme. Yo pensaba que nuestro amor
iba a ser eterno y que ninguna fuerza humana nos podría separar.
Después de colgar el teléfono, me he quedado aturdido y sin
palabras, pero aún así he podido reflexionar. ¡Qué raro que durante veinticinco
años, el marido no haya sospechado nunca y que a ella jamás le preocupado
perder su matrimonio!. Del marido hace
mucho tiempo que estaba cansada y en veinticinco años también se ha cansado de
mí. Lo más probable es que se haya
vuelto a enamorar y no ha sido lo suficientemente valiente para decírmelo con
claridad.
Sí que es definitiva la llamada; yo incluso añadiría que además de definitiva, definitoria porque perfila, bosqueja a los personajes con sutileza. Sutil, pues, es el adjetivo que define tu relato de final abierto, a mi entender, con una trama por resolver al gusto del lector.
ResponderEliminarEsta narración me ha sorprendido. Te sales de tu línea habitual y creas una atmósfera diferente, atrevida y envolvente .Ha nacido una escritora con un nuevo género literario, tan distinto, que me ha atrapado. Tus escritos anteriores han sido tiernos, dulces y sin intrigas, pero especiales. Éste ,me ha dejado otro sabor de boca. Enhorabuena.
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