–Manuel, incorpórate
–Estoy recostado
–Tú lo que estás es
caduco
–¿Qué quieres decir?
–Que estás carroza…y
como sigas así, te va a dar un jamacuco
–Tú estás loca, que
pareces una gallina clueca, que si el cubo, que si el sancocho, que si la
cucaracha…, quejica perdida
–Tú eres muy cuco, que
no disparas ni un chícharo ni pa llevarte
la cuchara a la boca
–Eres calcada a tu
madre, todo el día zancajeando. Pareces un cucú cacareando cada cuarto de hora
–¿Qué cuchicheas? tú
eres muy dicharachero
–¿Qué qué? ¿Te parece
si nos tomamos un cola-cao calentito y nos encurrucamos?
–¿Cómo? ¿Qué si nos
enroscamos? ¡Yo también te quiero, encañero
mio!
Cumplido perfectamente el reto de hacer un escrito donde proliferaran los sonidos ca, que, qui, cu, co, a lo que has añadido además la gracia y la picardía de una conversación entre mayores, donde el sentido del humor tiene el protagonismo. Muy bien
ResponderEliminarDesconocía esa faceta de ti. Te veo escribiendo sainetes y historias de humor. FELICIDADES.
ResponderEliminarMe encantan los matrimonios mayores picarones, No pierden el gusto a pesar de los años transcurridos. MªDolores.
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