Muy de mañana, el
pastor salió de la cabaña para sacar al rebaño y guiarlo al cañaveral. El gañán cogió la guadaña para cortar las
cañas para que los animales pudieran pastar sin problemas. Cansado del esfuerzo, sacó el pañuelo para
secar el sudor y se sentó en un peñasco que estaba cerca. De pronto, se oyó un ruido de aleteos muy
fuerte. Una bandada de cigüeñas volaba
justo encima y el rebaño, asustado, salió en estampida.
El mozo cogió una caña
para controlarlas, mientras las ovejas corrían de un lado para otro. Lo engañaban como a un tonto. Al día siguiente tendría más cuidado; las
metería en la cueva que tiene la montaña.
El relato está muy bien narrado. Es muy visual porque podemos ver sin problemas el paisaje en el que se mueve el personaje y está perfectamente hilada la situación que se presenta. Por otra parte, como el ejercicio era el uso de la Ñ, eché en falta algunas más.
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