Desde que nacemos nos inculcan una
serie de valores para ser buenas personas, pero al final vivimos inmersos en
una sociedad, en la que no podemos aplicarlos.
Al fin tenemos que someternos y claudicar,
porque solo podemos mostrarnos como realmente somos en nuestra estricta
intimidad, siendo así vulnerables ante la vida.
Todo esto conlleva que nos volvamos
mal pensados, y con una coraza que nos proteja de las posibles heridas para lograr que nos dejen las menos
cicatrices posibles.
Por todo esto pienso que como dice
la canción: “La vida es un carnaval” y nosotros máscaras que vivimos en ella.
Reflexivo escrito que invita a pensar en cuánto de nosotros mismos mostramos al mundo, en cuánto de lo que realmente somos escondemos detrás de la máscara de cada día.
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ResponderEliminarGracias por tu comentario, que tanto me motiva.
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