En el mundo
en que vivimos, hay mucho que contar sobre el amor. Creo que de ninguna otra cosa se pueden hacer historias
tan largas. Cuando somos jóvenes todo es
muy bonito, todo nos parece un camino recto pero, a medida que pasa el tiempo,
nos vamos encontrando con curvas y baches
en las que podemos caer; por eso hay que tener mucho cuidado. Ahora viene a mi el recuerdo de una de esas
historias:
Tenemos un
ramo de flores y de momento vemos otro y, sin pensarlo, cambiamos de idea, nos
vamos por el otro sin pensar cuál me convendría más, cuál de las flores aguantaría
más… Así pasó con aquellos jóvenes que
se enamoraron. Al principio todo era muy
bonito, lleno de ilusiones, se fueron de sus casas, organizaron su vida, vivían
felices, hasta que al pasar del tiempo empezaron a caer algunas hojitas de su
ramo. La joven se dio cuenta de que éste
se estaba deteriorando y por más que trató de ponerle agua para ver si podía
reverdecer, le fue imposible. El joven,
con su cara muy dura, le dijo que se sentía cansado, que deseaba dejar la
relación y ella, en medio de su dolor, le contestó:
-Tu siempre has estado cansado, has sido un
gandul, yo he sido la que ha trabajado.
Lamento que te hayas adelantado porque yo había pensado muchísimas veces
dejarte. Al elegir mi ramo, me equivoqué
Bonita metáfora del amor y sus avatares.
ResponderEliminarLo que dices en tu historia tiene sentido en la vida que nos ha tocado vivir. Ojalá que el ramo permanezca intacto por mucho tiempo pero, eso nunca se sabe. Incógnita a descubrir por la tecnología moderna.¿Lo veremos?
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