miércoles, 23 de mayo de 2012

DOS CARTAS SOBRE LA MESA de Candelaria Díaz

En un edificio de esos de toda la vida, a unos vecinos le llegaron unos familiares de Venezuela.  Eran dos hombres que congeniaron inmediatamente con todos los vecinos de la escalera. Estuvieron sólo un mes, se lo pasaron muy bien y, llegado el momento, regresaron a su país.
Al poco tiempo, la familia recibió una carta de uno de los chicos y... ¡oh sorpresa!, cuando empezaron a leerla, no salían de su asombro:

"Querida gatita:
¡Qué bien que lo pasé por allá! Por eso no puede dejar de llamarte: ¡miiisi miiisi! con esa suavidad tuya, tan cariñosa y peludita.  Ya estoy contando los días para el próximo viaje a Tenerife para volver a pasarlo chévere...  "

... a las demás líneas de la carta hay que ponerles dos rombos, asi que...

Cuando la familia del joven la leyó, quedaron estupefactos y se acordaron de algunos detalles del joven de la carta y una inquilina de uno de los pisos de la escalera del edificio.

Esta es la historia de dos cartas equivocadas.

2 comentarios:

  1. La realidad supera la ficción, dicen por ahí. O tal vez la ficción toma nota de la realidad, como en este caso, para construir una historia divertida, llena de sal y pimienta. Muy bien

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  2. Cuidado con las cartas, son un arma de doble filo. Tu forma de relatarlo, con tanto ingenio, me encanta.

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