Al poco tiempo, la familia recibió una carta de uno de los chicos y... ¡oh sorpresa!, cuando empezaron a leerla, no salían de su asombro:
"Querida gatita:
¡Qué bien que lo pasé por allá! Por eso no puede dejar de llamarte: ¡miiisi miiisi! con esa suavidad tuya, tan cariñosa y peludita. Ya estoy contando los días para el próximo viaje a Tenerife para volver a pasarlo chévere... "
... a las demás líneas de la carta hay que ponerles dos rombos, asi que...
Cuando la familia del joven la leyó, quedaron estupefactos y se acordaron de algunos detalles del joven de la carta y una inquilina de uno de los pisos de la escalera del edificio.
La realidad supera la ficción, dicen por ahí. O tal vez la ficción toma nota de la realidad, como en este caso, para construir una historia divertida, llena de sal y pimienta. Muy bien
ResponderEliminarCuidado con las cartas, son un arma de doble filo. Tu forma de relatarlo, con tanto ingenio, me encanta.
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