miércoles, 23 de mayo de 2012

EL ENCUENTRO MÁS EMOTIVO de Luisa Delgado


Recién casados, mi marido y yo, fuimos de veraneo a Las Galletas. Estando una tarde dando un paseo, me encontré con mi antigua maestra; la única que tuve hasta que cumplí trece años.  Cuando nos vimos, nos fundimos en un caluroso abrazo.  A mi me pareció que no había transcurrido el tiempo.  Cuando deshicimos nuestro abrazo, ella me cogió de las manos, me puso delante de ella y exclamó:
-¡La crisálida se convirtió en una hermosa mariposa! ¡Qué guapa que estás!.  Siéntate a mi lado y cuéntame cómo te va, aunque no hace falta que me digas nada porque en tus ojos se ve lo feliz que eres.

Yo creo que doña Andrea, que así se llamaba mi maestra, aunque había transcurrido mucho tiempo, sabía leer mis pensamientos con solo mirarme.  Cuando yo iba a la escuela, ella me decía:
-Luisa, cuida a los niños que yo voy a poner el potaje al fuego.
Su casa la tenía junto a la escuela.  Yo me sentaba, entonces, en su mesa y hacía las veces de maestra hasta que ella regresaba.

En ese encuentro con mi querida maestra, hablamos de todas las cosas que hacíamos en esa época, como los domingos en los que la íbamos a buscar a su casa para ir a misa.  Caminábamos por la acera de dos en dos, todas ataviadas con nuestros velos en la cabeza, redonditos y blancos.

Recuerdo el orgullo con que me contaba como llegó a darle clases hasta a las nietas de sus primeras alumnas.

Aquel fue un encuentro muy emotivo y aún hoy me emociono al hablar de ello.



2 comentarios:

  1. Recordando volvemos a vivir. Contarlo es hacer que los demás lo vivan contigo. Eso es lo hermoso de escribir.

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  2. Ya nos tienes acostumbradas a vivir trocitos de tu propia vida. Así nos vamos conociendo más y, en ocasiones nos recuerdan cosas que hemos pasado también nosotras.Tus recuerdos pueden ser nuestros y, los nuestros tuyos.Compartir es hermoso.

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