martes, 25 de septiembre de 2012

SIN MIEDO de Luisa Delgado Bello



Me llamo Diego y les voy a contar la historia de un viaje que hice con mi abuela y mis papás a Vilaflor.  Iba con mi abuela en el asiento de atrás del coche de mi padre y, cuando subíamos por la carretera tan llena de curvas que une San Miguel con Vilaflor, mi abuela le dice a mi papá que parara el coche porque íbamos a mirar si había fruto en los almendros. 
Yo nunca había visto las almendras en el árbol y pregunté:
-Abuela, ¿cómo se coge eso? – ella me abrió una de esas cosas peludas y dentro ¡estaba la almendra!.
Seguimos bajando hacia las huertas y había uvas e higos picos.  ¡Esos sí que picaban porque tienen pinchos!.  Después, subimos en coche hasta la casa de mi tío Chano.  Allí vi más fruta que nunca había visto en los árboles: ciruelas, peras, manzanas, limones y hasta uvas.
Pasé un día estupendo.  Comimos papas con bacalo y ¡qué rico estaba todo!. Yo quiero que me lleven otro día para recoger los huevos de las gallinas, ver los pájaros que tiene mi tío en la jaula y darles alpiste porque son muy bonitos.  No tuve ni tendré ningún miedo.


3 comentarios:

  1. Las vivencias y aventuras que los niños disfrutan en el campo, en contacto directo con la naturaleza, son imborrables y dejan en el ánimo un regusto dulce, apegado a la memoria de los grandes momentos.

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  2. SEGURO QUE ESE NIÑO, TAN ESPECIAL PARA TI, NO OLVIDARÁ ESE DÍA DE CAMPO.SUS DESCUBRIMIENTOS ANTE LA NATURALEZA SON ENRIQUECEDORES Y ,LA CONVICCIÓN DE QUE HAY COSAS QUE NO SE FABRICAN SINO QUE SURGEN DE ARBOLES Y ANIMALES SON UNA EXPERIENCIA PRECIOSA.

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