Cuando caminaba por la nieve, para estar con sus
amigos los enanitos, a Blancanieves se le rompió el tacón del zapato. Fue a una zapatería y se compró otros propios para caminar por el bosque y la nieve,
aunque a ella, lo que de verdad le hubiera gustado, es calzarse unas sandalias
de cristal y tacón, como las de Cenicienta, pero eso era un sueño, un imposible;
aquel no era su cuento.
Parece que vivir la vida de otros es imposible, efectivamente. Sin embargo, una de los poderes mágicos del escritor es convertir en posible lo imposible y hacer viajes de ida y vuelta entre la realidad y la fantasía, sin problemas. Este ha sido uno de ellos.
ResponderEliminarMuy bien Teresa, tienes una fantasía maravillosa.
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