Desde muy
pequeñita soñaba con uno. Pensaba en hacerse mayor para poder tenerlo. Cuando
por las tardes salía al parque, veía a las señoras con uno, incluso las había
con varios y ella no hacía más que mirarlas y desconsolarse.
Le decía a su
mamá ¡yo quiero uno también! Y su madre le respondía:
-Cuando seas
mayor podrás tener los que quieras.
El tiempo pasó y
se hizo una señorita muy formal y con novio, pero aún no lograba tener uno.
Una vez casada…¡tampoco!..y
eso la entristecía, pero no perdía la esperanza.
Empezó a
trabajar en una empresa, y durante varios años, ahorró todo lo que pudo para
cumplir su sueño.
Ya tenía treinta
y tantos cuando lo logró, pues nada más verlo supo que sería suyo. Entró en la
tienda y le dijo al dependiente ¡¡Me llevo ese collar de perlas!!, salió por la
puerta con él al cuello y fue a partir de entonces cuando sintió realizado al
completo su sueño.
Lo suyo con las
perlas siempre había sido “amor a primera vista”.
Muy bueno. Se te dan muy bien los relatos con giros inesperados. El título parece dirigir al lector hacia un desenlace engañoso y es por eso que, el final nos sorprende.
ResponderEliminarMe encantan las perlas, por ese motivo me adhiero a la protagonista de la narración. Felicidades a la escritora.
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