Paseaban por el parque dos amigas
adolescentes. Modernas, con pantalón cortito y camisetas escotadas, como la mayoría
de las jóvenes. Llamaban la atención de todo el que pasaba por su lado, tanto a
mujeres que criticaban la forma de vestir, como a los hombres maduritos.
Uno de ellos se acercó a ellas y les
dijo
- ¡Niñas, vayan por la sombrita, que los
bombones al sol se derriten!-
Las chicas se quedaron perplejas.
Siguieron paseando, cuando vieron a un
chico que las miraba, sobre todo a una de ellas, la rubia que parecía más
prudente.
El muchacho las
seguía con disimulo, sin embargo, ellas se dieron cuenta.
-¡Mira, nos
sigue! ¡Y está mirándote! –– dijo una de
ellas, dirigiéndose a la amiga.
-¡Es guapo y
seguro que va al gimnasio, mira los músculos que tiene¡ - comentaba la
parlanchina joven.
¡Cállate! ¡no digas tonterías, si es la
primera vez que nos ve! – dijo con fastidio la rubia.
El chico se acercó.
- ¡Hola,¿ puedo acompañarlas? –
les dijo algo retraído
- ¡Si claro! – en el fondo, a
ella (la rubia) le gustaba el joven, parecía serio y responsable y se estaba
enamorando y ruborizada se preguntó : ¿y si es amor a primera vista?.
Nos has retratado, la secuencia exacta de un típico amor a primera vista adolescente. Muy bien, Nati.
ResponderEliminar¿Que pasó luego? seguramente surgió un flechazo, eso es lo que intuyo; ya me contarás.
ResponderEliminar¿Que pasó luego? seguramente surgió un flechazo, eso es lo que intuyo; ya me contarás.
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