La mañana
amenaza lluvia. Mientras mira por la
ventana, a su mente vienen secuencias de otros días similares. Acudir al
trabajo le saca del letargo donde está sumido desde hace tiempo. No encuentra
salida a su apatía.
Jorge sabe que
es un privilegiado: tiene trabajo, amigos y una familia por la que ha luchado,
pero no consigue borrar de su interior
aquel anhelo juvenil tan celosamente guardado.
Escucha que alguien dice su nombre.
¡Jorge!¿en que piensas te has quedado
abstraído?.
Sí, se habían adueñado de sus pensamientos,
las ilusiones no satisfechas de su juventud.
Sí, a veces es difícil decir adiós a nuestros sueños de juventud, los que se perdieron en medio del devenir de la vida, que es quien parece haber escrito la historia de Jorge. Puede que un día se rebele y se dé cuenta de que él tiene el lápiz en su mano y que cuando quiera puede escribir su propia historia.
ResponderEliminar¿Cuales eras las ilusiones de Jorge?, seguramente algún día lo sepamos. Tiempo al tiempo. Un abrazo.
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