Esta es la soledad de una persona que utiliza la
ciudad para reflejar sus sentimientos. Las casas tienen sus balcones abiertos y
desde allí se refleja alguna plaza con árboles, bancos de piedra...
A las personas mayores nos gusta pasar algunos ratos
en estas plazas, ya que resulta muy agradable la conversación, allí contamos
algo de nuestras vidas, de nuestra vejez,
ya que siempre aparece algún recuerdo o algún achaque sobre el que
hablar.
Mientras contamos estas historias, podemos ver el
reloj marcando las horas, nosotros las escuchamos con atención y así no nos ponemos a pensar que estamos dando vueltas a la vida como si fuésemos un fantasma.
Este relato, que nació de la lectura del poema Noche de verano, de Antonio Machado, habla de soledades…Fue allí donde te llevaron sus versos.
ResponderEliminarEres y serás siempre una escritora magnifica. Felicidades.
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