martes, 27 de enero de 2015

LA CONVENCIÓN Edelmira Linares





Ya estaba casi todo preparado para la primera convención Mundial, a la que asistiría lo más granado de la realeza.
Irían llegando poco a poco y alojándose en diversos hoteles de la isla  que ya habían sacado sus mejores galas para recibir a tan variada alcurnia.
En el Hotel Mencey de nuestra Capital concurrieron, casi sin querer, dos de las más importantes y a la vez dispares de nuestras Reinas, que a más inri, aún ellas no tenían el placer de conocerse personalmente.
Cuando coincidieron en el ascensor que accedía a las suites, se notó las caras de nerviosismo de ambas.
Doña Letizia rompió el hielo y se dirigió a ella con una amplia sonrisa: “Buenas tardes Isabel, es un placer conocerla, había oído hablar tanto de usted". A lo cual le respondió…"¿Cómo osa dirigirse a mí? Yo soy Isabel la Católica una de las más grandes de España, hija de Reyes y de sangre real".
Se abrió el ascensor y salió velozmente murmurando indignada: "ya España no es lo que era, a cualquier plebeya la llaman Reina."





3 comentarios:

  1. Este encuentro nada en el mar de lo imposible, obviamente, sin embargo, si se diera, no dudo que sería tal cual nos lo cuentas. Muy bien

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  2. De reina a reina y la Católica no estaba enterada de que en estos tiempos existen muchas plebeyas casadas con personas de la realeza. Estupenda la forma del enfrentamiento, no esperaba menos de ti; eres muy buena escribiendo.

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  3. Me ha gustado mucho. Lo has narrado muy bien. MªDolores.

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