Tengo
un vecino con el que me cruzo todos los días
en las escaleras. Vive en el edificio
mucho antes que yo; ¡más de 30 años!. Entonces subía los escalones de dos en dos y
me los brindaba; me decía, mira mira lo que hago. Bueno, ahora yo subo con bastón y él peor que yo. Cuando llego al ascensor, le digo que suba despacio. Sube, sube que yo te espero. Se lo digo para que él vea cuanto es el
tiempo que pasa.
El tiempo pasa y todo cambia, para bien o para mal, el tiempo siempre tiene la última palabra.
ResponderEliminarMuy ilustrativo lo del tiempo. Pasa para todos aunque a veces no nos demos cuenta.
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