Yo soy
una mesita de noche, un mueblecito que colocan junto a la cama. Me usan para colocar el libro que mi dueño
lee antes de dormir, las pastillas, el mando del televisor y todo lo que se les
ocurre poner sobre de mí.
Yo
tuve una tía abuela también mesita de noche. Me contaba que cuando ella era joven
la ponían junto a la cama y su función era la de ocultar el orinal que ponían
en su parte inferior que se cerraba con la puerta.
Hoy
nos puede parecer este hábito algo escatológico, pero ella me dijo que le
gustaba. Cuando era invierno, el orinal calentito en su interior la reconfortaba muchísimo.
Ahora,
como hay tantas cosas modernas, nos fabrican de muchos modelos y nos utilizan
de todas formas y maneras. También recibimos el nombre de velador o mesilla de luz,
para no tenerse que levantar nuestros dueños a encender la lámpara principal.
Somos
un mueble indispensable en un dormitorio que se precie y en nuestras gavetas
guardan las cosas más dispares que se
puedan imaginar.
Algunas
veces estoy hasta los topes.
Esta sufrida mesita de noche guarda en sus gavetas muchas historias; la del orinal de su tía abuela, no importa lo escatológico, le ha regalado al relato simpatía y mucha gracia.
ResponderEliminarParece mentira que una mesita tan pequeña sea tan importante para el dormitorio. Te ha quedado muy bonita.MªDOLORES.
ResponderEliminarCuantos recuerdos guarde una mesilla de noche, la tuya es fantastica y cuenta muchas cosas. Un relato interesante, me ha encantado.
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