Si no fuera por mis padres, yo no sería
yo, hubiera sido nada más y nada menos…¿qué?...¡anda!, si no puedo concebirlo;
expresar la ausencia de algo no es tarea fácil.
Esto no me está pareciendo nada chulo, ¡qué lástima!, con lo divertido
que aparentaba.
Voy a inventarme algo que no fuera
yo: No sería una estrella, ¡claro que
no!, estaría muy lejos; no sería una nube, tampoco, estaría muy alta; no sería
invisible, ¡sí!, lo que pudiera ocurrir sería muy gracioso. Yo podría verlo todo sin que me vieran;
lograría hacer cosas que para otros resultaran imposibles, por ejemplo:
ayudaría a los niños a realizar sus tareas, acompañaría a las personas que se
sintieran solas, causaría risa a quienes estuvieran tristes, viajaría a países
fascinantes y conocería a sus gentes y culturas pero…, sobre todo, me pondría
como el quico de golosinas porque sería muy..¡glotona!.
¿Qué cómo podría hacer tantas
cosas! ¡huy! ¡qué pregunta tan difícil,
me han pillado!. Voy a seguir siendo yo;
eso de “si no fuera” es demasiado complejo para mí.
Todos alguna vez nos hemos aventurado en el juego de ser otro. Creo que, como a la protagonista de tu relato, eso sirve para entender que nada es más cómodo que ser uno mismo. Buen trabajo.
ResponderEliminarMe cuesta a veces ser yo misma, imaginen si no lo fuera. Un verdadero galimatias.
ResponderEliminarMari, puedes ser todo lo que te propongas. Tienes angel, dulzura y mucho encanto. Mª Dolores.
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