Aquel
día estaba yo en las oficinas de una de las torres, cuando en el televisor de
la sala de espera vimos como un avión se estrellaba en una de ellas y unos
minutos después otro en la de al lado.
Todos los que estábamos allí nos miramos sin dar crédito a lo que
veíamos. Cuando reaccionamos, bajamos a
la calle corriendo por las escaleras, sin parar y sin mirar atrás, creyendo
que era el fin del mundo. Aquello estaba sucediendo en otras torres muy
lejos de aquí, en Nueva York , el 11 de septiembre de 2001 pero fue como si nos
estuviera pasando a nosotros mismos.
Dos escenarios distintos para la vivencia de un mismo acontecimiento desde diferentes perspectivas; perspectivas éstas que se aprovechan para despistar al lector, confundirlo hasta la línea final.
ResponderEliminar