A veces, el
azar o el destino –según como se mire– envía señales que pueden ayudarnos a
encontrar nuestro camino. Has leído un
libro que te hace abrir los ojos, has conocido a una persona que te ofrece un
punto de vista revelador. Estas señales
tenemos que usarlas como revulsivo que te de una fuerza interna para recordar quién quieres
ser y hacia donde quieres ir.
En otras
ocasiones, uno mismo tiene que salir en busca de un estímulo que te ayude a superar
según qué situaciones: hacer un viaje para cambiar de aires, mantener esa
conversación que tienes pendiente con alguien, escribir una lista de nuevas
intenciones y colgarla en la nevera como recordatorio.
O como has hecho tú en esta ocasión, dejar constancia escrita del producto de una reflexión personal y traerla al taller para compartirla con todas nosotras. Muy buenos consejos, amiga.
ResponderEliminarTUS RECOMENDACIONES SON EXCELENTES. ESPERO NO DEFRAUDARTE, AUNQUE ME CUESTE APRECIAR ESAS SEÑALES.
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