Cuando se
abrió el telón y salieron los actores a escena, yo la miré a los ojos y ella me
dijo: “Perdón, señor pero creo que se ha equivocado de palco, mire su
entrada para que lo compruebe”. Yo no
quitaba la vista de su rostro pues parecía un ángel que había aparecido para
iluminarme y quedar enamorado de su dulce belleza. El destino quiso que un amigo me regalara la
entrada para ver una obra de teatro romántica para, de ese modo, tropezarme con
la mujer que siempre había esperado. ¡Bendito mi amigo y bendita equivocación.
Muy bonito Naty, como siempre, haciendo gala de tú gran imaginación.
ResponderEliminarAfortunada equivocación, en el que el destino parece que tuvo mucho que ver. Bien, Naty
ResponderEliminarFantástico microrelato lleno de romanticismo. Me ha gustado mucho Naty
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