lunes, 21 de enero de 2013

LA PROMESA de Lucía Hernández




Luis le dijo a su esposa que llegaría un poco tarde del trabajo, pero le mintió… porque su plan era ir a la playa.  Había quedado en verse allí con su amante, al atardecer.  Él llevó puesto su bañador y se dieron un baño.  Terminaron la noche en una sala de fiestas que estaba un poco retirada.
A su señora, que era muy astuta, se le ocurrió salir a dar un paseo, en vista de que él no llegaba, con tan buena suerte que, al pasar cerca del salón de fiestas, vio a Luis entrando en él en compañía de una mujer.  Ella paró su coche y al poco rato, entró a ver qué pasaba allí.  Se encontró a Luis bailando con la otra.  Se acercó a ellos sigilosa.
-¡Hola Luis! –le dijo de repente.
-¿La conoces? –le preguntó la desconocida.
-¡No me va a conocer si soy su mujer!
El pobre Luis se quedó más chiquito que un comino.
-¡Eres un sinvergüenza, no me dijiste que estabas casado! –le gritó la mujer
-Oye, sinvergüenza o no, es mi marido, así que vete con la música a otra parte –se adelantó a contestar la esposa.
Cuando llegaron a casa ella le indicó que tenían que hablar.  Él convino en hacerlo, pero al darse la vuelta, vio que su mujer tenía una tijera de cocina en la mano.
-¿Qué vas a hacer con eso? –le preguntó asustado.
-Ahora, nada, pero ¿algún día volverá a ocurrir esto?
-¡Nunca más! Te pido perdón –dijo lleno de miedo
-Esto que ves en mis manos es el testigo de tu promesa. Ya lo sabes.  Cuando vayas a la playa, tienes que regresar a casa.

3 comentarios:

  1. Muy resolutiva parece la estrategia de esta protagonista. Sumergidos en la pura ficción, este relato es puro divertimento, Lucía.

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  2. Me gusta como reflejas tú temperamento aún adornándolo con un toque de comicidad.Felicidades, Lucia.

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  3. Pobre marido, será fiel de por vida; si no, la tijera es testigo. El relato tiene su gracia y me ha gustado mucho.

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