Venancia es la dueña de una tienda, más
concretamente, de una perfumería. Ella,
además de suspicaz, es una perfecta perfumista.
Su antigua empleada disfruta de la baja maternal; por ese motivo,
necesita a otra persona que la ayude en el negocio. Su primo Alberto le ha recomendado a un
amigo, pero a Venancia no le acaba de convencer. No le agrada su mirada, un tanto desafiante,
presiente que es falso, recela de sus palabras, al mismo tiempo que sospecha
que es un bribón lo que pone en duda, por supuesto, su lealtad para el
trabajo. Sin embargo, dispuesta a
conceder un favor a su primo, lo admite, con mucha reserva y desazón.
A veces debemos dar una oportunidad al prójimo, podemos equivocarnos en nuestros presentimientos.
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