lunes, 25 de febrero de 2013

LA CALMA de Natividad Morín




Acababan de casarse y, después del banquete, se irían de viaje.  Los padres del novio les regalaron un crucero por el Pacífico.  Los jóvenes estaban como locos; nunca antes habían viajado en barco.
Se hallaban ya en alta mar y el transatlántico parecía que no se movía, pues el mar estaba tranquilo, sosegado.  La pareja no paraba: la piscina, cenas de gala, baile; todo era maravilloso en medio del azul maravilloso del mar.
Pasados los días, empezó un fuerte oleaje y entonces sí, el barco se movía mucho, hasta tal punto que, los pasajeros estaban asustados y, la recién casada entre ellos, no se separaban de sus chalecos salvavidas.  El marido trataba de consolarla, de hacer que mantuviera la tranquilidad.  A medida que pasaban las horas, el mar fue volviendo a ser el de antes.
El capitán tranquilizó a todos los pasajeros y aprovechó para agradecerles su serenidad.
-Olviden esto y ¡sigan pasándolo bien!
La pareja prosiguió con el viaje tan felices como siempre, habiendo aprendido que después de la tormenta siempre viene la calma.  Una lección que les vendría muy bien para aquel otro viaje, más largo y más duro que empezaban: el del matrimonio.


2 comentarios:

  1. Eres muy buena en tus narraciones. Me encanta leer todo lo que escribes; aprendo mucho de ti y del resto de compañeras. Gracias

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