Una tarde de sábado, mi padre y yo jugábamos en el patio de
mi casa. De pronto, me preguntó que qué
quería ser yo de mayor. Yo le contesté
que artista, pero él me aseguró que artista ya lo era. Seguimos jugando y, al rato me sentó en sus rodillas y mirándome a los ojos, me
dijo:
-Mira, hija, la vida da muchas vueltas, pero recuerda siempre
esto: sé artista o lo que Dios y tú quieras ser, lo que sí tienes que tener
presente porque es muy importante, es que hagas lo que hagas, debes hacerlo
siempre con el alma.
Puedo asegurarles que esas frases se me quedaron grabadas
para siempre. Así he actuado desde
entonces y espero tener mucha vida para seguir haciendo lo que tenga que hacer…
poniendo siempre toda el alma.
Un fragmento entrañable de tus futuras memorias, que espero escribas algún día porque la materia narrativa y el título, muy bello por cierto, ya los tienes. Bien, Milagros.
ResponderEliminarComo tienes un corazón tan grande, lo tendrás abierto siempre para todas y todos. De eso estoy segura.
ResponderEliminarCada relato que escribes me inspira a continuar más fuerte que nunca con mis proyectos. Tus palabras encierran mucha experiencia acumulada que filtras con hermosas palabras para dar un mensaje de aprendizaje al lector, son siempre esperanzadoras, como diría Jorge Bucay. No dejes de escribir.
ResponderEliminar