Parece un caso
increíble por lo poco usual, pero es muy
cierto.
Hubo un tiempo
en que me dediqué a pensar. Me pasé largas noches pensando y pensando en una
cosa concreta hasta conseguir que esos pensamientos o ideas se hicieran
realidad.
Una mañana al
levantarme de la cama y verme reflejado en el espejo, pude comprobar que me
había transformado en un elefante, -mi gran ilusión de hacía tanto tiempo-. No
era demasiado grande pero si lo suficiente como para impresionar. Salí a la
calle a dar un paseo y los niños se arremolinaron a mi alrededor –no causaba
miedo-. Me extrañó la familiaridad de
los pequeños conmigo, todos querían subir a mi lomo, tocar mi trompa, acariciar
mis orejas…¿Qué estaba pasando?, no podía comprenderlo; yo quise se elefante
para intimidar a las personas, para imponer acatamiento pero…si los enanos sólo
quieren jugar conmigo, ¿qué pasará con los mayores? Será como siempre, seguirán
tratándome sin contemplaciones, sin darme un poco de afecto. Todos los
habitantes del pueblo solo me han querido para que trabajara para ellos sin
darme nada a cambio.
Unas lágrimas
surgieron de mis ojos, ¡prodigio!; los niños al notarlo las limpiaron con sus
pequeñas manos, algunos halagaban mi cabeza y, uno de ellos, me besó la trompa
con cariño. Yo no cabía en mí de gozo. Paseé a los críos durante horas. Al
atardecer dejé a los niños en la plaza del pueblo, todos los padres me
aplaudieron, me dieron para comer plátanos, hierbas y frutos.
Esto de ser
elefante me ha cambiado la vida, soy feliz, tengo amigos y todos los vecinos me
adoran; duermo en el gran parque y puedo deambular por el lugar sin que se
opongan a ello.
Los pequeños me hablan, me cuentan sus cosas, les
entiendo y trato de contestarle pero, aun no lo he conseguido. Voy a dedicar
unas cuantas noches a pensarlo
con ahínco hasta conseguirlo, cuando lo logre se los contaré.
Lo que pasó es que has construido un bonito cuento que, sin ser infantil, se mueve en este territorio con gran soltura y acierto.
ResponderEliminarEl que quedó estupendamente plasmado en la foto es el elefante . Tiene un poco de falta de vista, lo has adivinado a pesar de no estar especificado en el cuento. Tu sagacidad es aplastante. Gracias querida Isabel.
ResponderEliminarMe ha encantado el cuento. Eres estupenda narrando. Mª. Dolores.
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