Les cuento lo
ocurrido sin exagerar ni un ápice; parece increíble pero es incuestionable. Esto
es literalmente lo que me sucedió.
Como cada día,
entré al cuarto de baño nada más levantarme y...¡¡sorpresa!!. Apareció ante mis
ojos una maravillosa máquina de forma casi humana; al advertir mi presencia,
hace una ligera inclinación de cabeza y habla con voz suave y agradable; sus
primeras palabras fueron:
-¡Buenos días
humana! No quiero causarte alarma ni extrañeza por mi apariencia. Vengo para
ayudarte en tus tareas diarias; he sido adjudicado a este hogar mientras pueda
servirte de soporte en el cuidado de todas las necesidades de la persona
nonagenaria que mora en este domicilio; incluso al llegar a centenaria. De ahora
en adelante, seré yo –este perfecto
robot– el que asista al mayor de la familia. Le bañaré, secaré,
afeitaré. Daré sus masajes matutinos, cortaré las uñas y pelo cuando sea
preciso; administraré la medicación y me
ocuparé de su alimentación. También me dedicaré a atender sus necesidades
fisiológicas y vitales. No temas, le trataré con respeto y amabilidad. Por ser
un robot, no tengo sentimientos como los humanos pero, soy tierno y educado; sé
escuchar y dar respuestas acertadas cuando me preguntan; puedo leer la prensa,
un libro…, escuchar la radio y ver la TV, inclusive dar mensajes telefónicos.
El resto del tiempo lo invertiré en realizar tareas cotidianas de la casa.
De pronto,
quedé petrificada y sin poder pronunciar palabra. Luego, reaccioné y le
pregunté al bonito robot:
-¿Estoy
soñando, es broma o hay una cámara oculta?-
-Nada de eso
humanoide, soy real, aunque esté construido de titanio, tornillos y un
entramado de cables conectados a muchas terminaciones que me han hecho
inteligente. Te aseguro que cumpliré mi cometido a la perfección, no te
preocupes por nada. Tú solo tienes que dar amor a tu ser querido como has hecho
siempre.
Este hecho me
pareció tan sobrenatural que me costó asimilarlo. La verdad es que, desde
entonces, vivo en una nube, mejor dicho, ¡en la gloria! Tengo lo que más quiero
y sin responsabilidades. Jamás pensé que esto pudiera sucederme a mí, parece
ficticio pero es una realidad patente.
Usar a un robot como alter ego, ¡qué bien!, ¿quién no ha fantaseado alguna vez con ello? Muy buen y efectivo recurso narrativo
ResponderEliminarEs un relato fantástico. Muy bien contado. Dolores.
ResponderEliminarComo siempre, gracias por estos comentarios tan bonitos.
ResponderEliminarFelicidades Mary, por éste y por todos tus escritos pero u sobre todo por ser como eres.
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