Desde que ella nació,
su vida no fue un mar en calma; luchó con la tempestad de la enfermedad hasta
cumplir los diez primeros años de su vida. En la adolescencia, su barco encalló
en la profundidad de un océano, escapando de ese naufragio gracias al valor y
la fortaleza de la amistad.
Ya en la juventud,
cuando parecía que su mar estaba en calma, otra vez se repiten, como ciclos,
esas tempestades en su vida, haciendo que la lucha sea más dura.
Pero como siempre, un
nuevo amanecer da un rumbo positivo al desgaste de tanta lucha, haciendo que en
la madurez, Hortensia haga retrospección, mirando su mar, hoy en relativa calma
y sabiendo que los ciclos pueden repetirse.
Tus escritos siempre tienen el poder de emocionarme, por lo que cuentan y por lo que no cuentan y uno adivina. No es difícil verse reflejada en esos ciclos que relatas porque…¿quién no ha sido sobreviviente de algún naufragio?. Un abrazo, Cande.
ResponderEliminarExpresas tan bien lo que deseas contar... , haces que el lector reflexione y haga un repaso de su vida buscando los ciclos de su vida. Me apasiona leer tus escritos, tan profundos que emocionan.
ResponderEliminarLa vida de la Hortensia de tu narración es muy interesante, y ella muy luchadora. Mª Dolores.
ResponderEliminarUn gran relato sin duda.
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