Me
he casado, no hay vuelta atrás, por fin voy a estar a solas con mi preciosa
novia, eso no es normal en estos tiempos que corren, a la llegada al hotel está
indispuesta, ¡descansa un ratito Cari y se te pasará!.
Salgo
al balcón a fumar, miro la luna, la calle está tranquila y de pronto, una chica
me está mirando. Me fijo bien y me entra un telele, ¡Dios mío, es un romance
mío!, algo tenía que hacer cuando Cari no me ofrecía la manzana...
¡¡Buena
la que se va a armar!!, menudo pollo va a montar esta lunática ¡Dios, me coja
confesado!.
La manzana era de Eva, por eso la ofreció a su Adán. Muy gracioso el relato con lo que tiene de trágico.
ResponderEliminarLa mujer siempre es la perdición del hombre.Siempre pones a Eva y Adán, cuando existieron otras parejas, tales como Marco Antonio y Cleopatra, Sansón y Dalila, Isabel y Fernando. Mª Dolores.
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