martes, 19 de mayo de 2015

EL COCHE Elda Díaz








            Nosotras íbamos para Güimar con el coche. Respondía bien pero eran las dos de la mañana y le di al botón de la luz  y me lo cargué.  ¡¡Nos quedamos a oscuras!!.  Menos mal que había un camión delante que nos servía de guía: no nos despegábamos del camión ni por la justicia y rogándole a Dios que no se fuera pues llevábamos el coche lleno; con mis hijas y unas amigas que fuimos a buscar. No sabíamos cómo íbamos a llegar al Puertito pero sin saber cómo, llegamos.  No había llegado el fin de aquella historia.

            Al intentar parar el motor,  el coche seguía encendido y no había manera de apagarlo.  ¡Qué noche la de aquel día! Esta es una anécdota del pasado.


1 comentario:

  1. Una anécdota como para no olvidar. Algún día me contará qué pasó finalmente con aquel coche de la aventura.

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