miércoles, 14 de octubre de 2015

RECUERDOS COLOR AZUL Amalia Jorge Frías


Mi madre se empeñó en comprarme tela para un vestido en Almacenes Bamhna; donde más caras las vendían.  Era una preciosa batista bordada de color azul.  Ella cosía muy bien y me lo confeccionó con un cuello redondo y mucho vuelo.
Yo estaba muy feliz con mi vestido nuevo.  Lo estrené el día del Carmen, como se acostumbraba en aquellos tiempos (sólo se estrenaba dos veces al año; ese día y en la festividad de la Cruz el Tres de Mayo).  Luego, me los ponía en grandes ocasiones, entre ellas las fiestas patronales de Arafo y de Fasnia.
Al año siguiente, mi madre le quitó el cuello y en su lugar, le hizo un escote y de ese modo, ¡lo volví a estrenar el día de La Cruz!.
¿Pueden imaginarse mi sorpresa cuando al tercer año vi como lo desarmaba otra vez para hacerlo de nuevo?  ¡Ah, no!.  Le dije muy en serio:
 –Me niego a volver a estrenarlo. Me lo pondré, pero a cambio quiero otros dos vestidos para las fiestas señaladas.  Yo no vuelvo a la fiesta tres años seguidos con el mismo traje, aunque le hayas cambiado el modelo.
Mi madre, la pobre, no tuvo más remedio que acceder, aunque aquel me lo seguí poniendo hasta que no me sirvió.
Aun un poco cansada de ir siempre vestida de azul, tengo que reconocer que cuando miro hacia atrás, en mis mejores recuerdos aparece ese vestido que estaba tan unido a mí, como si de una segunda piel se tratara.





4 comentarios:

  1. Preciosa historia nacida de recuerdos atados al color azul, reflejos de una época que avivaba el ingenio para reconvertir vestidos y sueños.

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  2. Tu madre tenía mucha imaginación. Me encanta como de un solo vestido confeccionó varios modelos. Creo que tú
    eras una niña caprichosa. Mª Dolores.

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  3. Chiquita paciencia tenía mi abuela... Con lo que cuesta descoser!

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