La vi entrar en la guagua y me dije: “La
conozco de algo, tal vez del colegio…¡claro!, es Ana Mari”.
¡Había pasado tanto tiempo! Me miró y nos fundimos en un abrazo. ¡Qué
alegría!. Los pensamientos se nos
vinieron todos de golpe, como un huracán.
Queríamos decir tantas cosas en tan poco tiempo que nos pisábamos la
voz, la una a la otra.
Llegó el momento de la despedida. Se bajó de la guagua y oigo la voz de un
chico joven que decía: “se ha bajado una de las cotorras”. Me viré y le dije:
-Cariño, perdona las molestias pero… hacía
mucho tiempo que no era tan feliz.
Este microrrelato con el que inicias tu andadura en este taller de narrativa, habla por sí mismo para contarnos que nos esperan buenas cosas que compartir en estas nuestras tardes de los miércoles. Bienvenida al Taller y al Blog.
ResponderEliminarSABÍA POR TU ANDADURA, QUE NOS ÍBAMOS A ENCONTRAR CON UNA NARRADORA DE ALTURA.MUY BIEN COMPAÑERA.
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