Yendo al
trabajo en la guagua, en una de las paradas, veo como sube una señora en
avanzado estado de gestación. Me llama
la atención lo ágil que se mueve, pese a todo.
Continuamos el trayecto y al rato, noto un alboroto. Miro y es la señora
embarazada; ha roto aguas. Varias
personas intentan ayudar. El chofer es
el que más colabora. Ni se molesta en
hacer las paradas habituales, por el contrario, continua el recorrido tocando
el claxon. La gente mira sorprendida
porque no sabe lo que pasa. En la guagua
va un chico que estudia medicina y, como puede, ayuda a la mujer hasta que
llegamos al Hospital. Enseguida la
atienden. ¡Es un niño!, un niño sano y
hermoso. Dicen que la señora está tan
contenta y feliz que, en agradecimiento al chofer por su buen hacer en un
momento tan difícil, llamará al niño con su nombre; Pablo, que es así como se
llama el conductor de la guagua.
Con este comentario, quiero darte la bienvenida al Taller de Narrativa. Lo has hecho con buen pie. Has escrito un relato sencillo, de buen ritmo narrativo que, siendo como es tu primer escrito en este blog, es promesa de buenas cosas.
ResponderEliminarEXPECTANTE RELATO EL TUYO CON UN BEBÉ QUE ACABA DE NACER. MUY BUEN AUGURIO. BIENVENIDA AL CLAN DE LAS LITERATAS EN CIERNES.
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