-¿Qué te parece?, estoy triste, siempre en este
rincón.
-No exageres, ¡con los días tan maravillosos que
hemos pasado
juntos! Tardes de otoño, de
inviernos y también de veranos
tórridos.
Eres tan útil y bonito que me siento elegante contigo. Si
me atacas, me defiendes, si no puedo
caminar, me apoyo en ti y
eres el único que no protesta. ¡Estás tan guapo con esos colores tan
vistosos! ¡Eres único!. Eres tan
imprescindible que no puedo dejar
de usarte los días de lluvia, para gozar los
dos, tú con el agua y yo
porque no me mojo porque tú me resguardas. ¡Gracias,
amigo
paraguas!
Me pareció acertado cambiar el título para, de esa manera, no adelantar el final del relato, otorgándole un cierto misterio. Breve, sutil, muy bonito me ha parecido, Carmen. Muy bien
ResponderEliminarERES LA REINA DEL DESPISTE, LO HACES CON SUTILEZA Y ELEGANCIA Y ESO CREA INTERÉS EN EL LECTOR.ME HA GUSTADO UN MONTON COMPAÑERA.
ResponderEliminarME GUSTA, COMO ESCRIBES, CREO, QUE TIENES MUCHA SENSIBILIDAD,Y AL MISMO TIEMPO MUY TERRENAL A,.LEGRA QUE TE HAYAS INCORPORADO AL TALLER Y A LA ASOCIACIÓN
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