Han pasado
años y, a pesar de ello, aún se continúan llamando pues, María y Ana han
crecido en la misma ciudad. Juntas han
estudiado sus carreras universitarias y tienen amigos comunes. Uno de ellos, Alejandro, se enamoró de María
y se casaron. Aunque tienen distinto
estado civil, una soltera y otra casada, ellas siempre se reúnen para hablar de
sus cosas.
-¿Eres feliz
en tu matrimonio? –le pregunta a menudo Ana a su amiga, aunque ella siempre le
responde con evasivas, cambiando de tema.
Hoy, Ana
vuelve a insistir, haciendo la misma pregunta de otra manera.
-María, te
veo rara, ya no eres la misma.
-¿Sabes por
qué? –le responde su amiga esta vez.
-No, dímelo
por favor
-Te lo
diré. Alejandro me dijo que casarse
conmigo ha sido una equivocación, que de quien realmente está enamorado es de
ti.
Después de
decir eso, María se va, se marcha dejándole con la angustia de que ella se
desprendió, haciéndole vivir en la incertidumbre el resto de sus días.
Esta si que es una conversación definitiva. Muy bien llevada la historia, con un final inesperado. Buen trabajo, Teresa.
ResponderEliminarGracias por leerla.
EliminarTERESA,SON TUS PRIMERAS NARRATIVAS Y PARECE QUE HAYAS ESTADO ESCRIBIENDO SIEMPRE,ME ENCANTA,COMO TE EXPRESAS, Y TAMBIÉN QUE POR FIN TE HAYAS DECIDIDO A INCORPORARTE A NUESTRO TALLER.
ResponderEliminarYo intuí desde que te conocí que, lo de la escritura se te iba a dar muy bien y, no me equivoque. Continua así, eres estupenda.
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